Tomar el tema de la bicicleta como medio de transporte de forma organizada, es decir, como sociedad civil, ha representado un gran reto y una suma de esfuerzos para hacer visible la vulnerabilidad de las y los ciclistas que circulan a diario en las ajetreadas calles de nuestro municipio.
Y aunque la bicicleta tambien es considerada como un medio de transporte, no se ve reflejado en programas de fomento, marcos legales, infraestructura digna, ni en agenda pública; dejando de lado y en ocasiones negando la existencia de este sector de la población que termina siendo un estorbo en la calle, negado a hacer uso de ellas y relegado a la buena voluntad de las personas que en sus vehículos puedan cederle un espacio seguro para transitar.
Es por ello que como usuarios de la bicicleta hemos hecho frente a este escenario hostíl y hemos tratado de darle un lugar en el imaginario público y repetir hasta el hartazgo, que una bici más significa un auto menos, que de igual forma las personas que optan por la bicicleta no están generando emisiones contaminantes por el contrario están generando actividad física en una sociedad por demás auto-dependiente y sedentaria.
Somos testigos de esos vecinos, familiares, conocidos; que desde temprano toman su bicicleta para ir al trabajo, a la escuela o a las encomiendas propias de su vida diaria y que no lo hacen por que esté de moda, ni para subir una foto a sus redes sociales, ni mucho menos para marcar su ruta y hacer gala de cuántos kilometros recorrieron; sino porque la bicicleta responde a sus necesidades especificas.
Es justo aquí donde hacemos la pregunta de si en verdad será necesario darle un lugar en nuestras calles a más ciclistas, si en verdad es necesario apostarle a la promoción de este medio de transporte, si en verdad es necesario tomarnos el tema en serio y generar un programa integral de promoción y uso de la bicicleta que motive a optar por este medio de transporte.
Si la respuesta es si, tendríamos que dejar de decir que la ciclovía de Cuautitlán Izcalli no sirve, para proponer y pedir más acciones de ciudadania y de gobierno para que la ciclovía sea un éxito, dejando de lado la queja amarga y anteponer el bien común, pero sobre todo tenemos que cambiar el chip y enfocarnos en lo que nos benefícia como ciudad y dejar de lado esa muletilla mental de "si no me sirve a mi, entonces no sirve".
--
Rafa M. Medrano
BiciVerde A.C.