Relato Rodada 16-Sept-2020 a Cahuacan - BiciVerde.com A.C., Estado de México

Una forma diferente y divertida de festejar el 16 de septiembre del 2020

Relato por: David Vital Vargas
Esta ocasión me tocó la oportunidad de realizar una rodada en grupo en otra modalidad MTB que es el ciclismo de montaña.

El desafío como en cada rodada que practico, es el reto a mi mismo y poner a prueba mis capacidades físicas y mentales. Como nuevo miembro del Staff del colectivo Bici-verde tuve la dicha participar en esta rodada en la cual el recorrido en un 90% fue terracería en los casi 26km. que tomó llegar a la meta, y los otros 26km. para regresar al punto de partida en la Av. Huehuetoca en Izcalli.

El grupo de 25 ciclistas vimos como la noche cedió el paso a los primeros rayos de luz del día, a eso de las 7:25 am.

Con el ánimo muy en alto el contingente inició su recorrido a las 7:37 am, y 5 minutos después ya estábamos saliendo de la zona de Cofradías y dejando atrás la Laguna de Axotlán a nuestro costado derecho. El clima muy fresco y sin agua de lluvia en el pavimento; cientos de metros más adelante el camino ya era terracería ya fuesen calles no pavimentadas y veredas que fueron gran parte de nuestro camino en esos terrenos de siembra que aún existen en Tepotzotlán.

Risas y miradas felices estuvieron durante todo el recorrido, a pesar de las pinchaduras, las caídas y hasta las agotadoras subidas en el recorrido que causaron calambres a una novel ciclista del grupo. El verde de los árboles y plantas en esta temporada le da su toque maravilloso al paisaje y los cerros que veíamos a la distancia hacían honor al dicho: "Hasta los cerros reverdecen".

Desafortunadamente dos compañeras ciclistas parte del staff tuvieron que regresar a casa, una de ellas sufrió un fuerte calambre, poco antes de llegar al centro del pueblo de Santiago Cuautlalpan.

Cuando el clima es nublado el desgaste del cuerpo es menor y este día así fue, luego de cruzar el centro de Cuautlalpan el contingente avanzó por una avenida ancha y sin pavimentación desde la cual son visibles varios cerros al norte, y hacia abajo está la Presa La Concha, la cual por cierto 10 días antes habíamos visitado.

Esa ruta nos llevó hasta el pueblo de Magu donde hicimos otra escala en una tiendita para hidratarnos o comer una fruta, o hacer compras y pasar al sanitario. Mi labor como parte del Staff fue servir de bloqueo en los cruces de avenidas o en carreteras por las que pasábamos y detener a los autos en estos puntos, así también ir al tanto de la condición física de los compañeros ciclistas, y dar un poco de ánimo o algunas indicaciones técnicas a ellas y ellos. Luego de retomar camino cruzamos una carretera y nos internamos en una zona boscosa, el aroma de los árboles locales y plantas estuvo presente como el de los pinos u ollameles así también el sonido de un pequeño riachuelo que recorrimos en paralelo por unos 4 km, yo estimo.

En estas veredas por cierto sucedieron tres caídas de ciclistas y una de estas fue la mía (aquí es donde me río de mi je je je), ninguna fue grave, solo un leve raspón en la rodilla y mi guardafango trasero roto. Eso sí, nos puso más alertas y le tuvimos más respeto al camino y lo que faltaba por recorrer.

El camino por el río llegó a su fin y tuvimos que subir a pie unos 400 m por una pendiente bastante inclinada seguimos el caminito marcado por el descenso del agua de lluvia, ramas secas y rotas tapizan el suelo del lugar lo que dificulta la conducción de nuestro corcel de ruedas; lugar donde por cierto la llanta delantera de la bici de un compañero sufrió una pinchadura, la que tuvo que ser reparada. Así avanzamos hasta llegar a un camino vehicular de terracería el cual sería el preámbulo para entrar al pueblo de Cahuacán; para ese momento el reloj ya marcaba las 12:18 pm.,15 minutos después llegó el trío que venía detrás del grupo y que por cierto incluía a la compañera que ya estaba acalambrada.

Unos cansados otros no tanto pero eso sí todos con un apetito feroz y por ello aprovechamos para ir a comer las "Carnitas" prometidas en el inicio del viaje. Debo aclarar que por recomendación médica yo no comí carnitas y solo comí mi atún y fruta.

El contingente puso pies en los pedales a la 1:24pm y emprendió el regreso que esta vez sería casi todo en descenso y no por ello menos peligroso. Las indicaciones para ello fueron de pedalear a baja velocidad y usar freno trasero, el trayecto de bajada no tuvo accidentes en el bosque, pero sí solo hubo una pinchadura ya casi para llegar a Magu y luego otra hasta Cuautlapan. El camino pedregoso si cansó los brazos a más de uno y para las 2:30 el sol ya calaba la piel; aún así el grupo no perdió el entusiasmo en ningún momento del recorrido. El paso al costado de la presa fue bastante veloz, la gente del lugar vió pasar fugazmente a este grupo de ciclistas. A nuestro paso por Tepozotlán la luz del Sol hacia ver algo diferente los verdes campos que habíamos cruzado por la mañana. Cuando nos incorporamos a la zona urbana la indicación fue formarnos de tres en tres y bien compactados para avanzar por la Av. Hehuetoca hasta el sitio donde nos tomamos la foto grupal que daba fin a nuestra aventura ciclista de la Independencia Nacional.

No creo que nuestros héroes de independencia hayan pensado o vislumbrado cómo sería nuestra sociedad en este siglo, ni que tuviésemos que vivir una pandemia cómo la que está ocurriendo en este 2020; lo que si creo es que ellos dieron su vida para que próximas generaciones pudiesen ser libres de la opresión y vivir su vida. Sin embargo capaces de comprometerse a heredar una mejor sociedad a las generaciones venideras. Ser ciclista es una forma de sentir tu libertad, pero también es una manera de sentirte comprometido a heredar a otros una pasión deportiva como lo es el ciclismo y sentirte parte de la comunidad.
Relatos ciclistas.